Te niegas a aceptar las evasivas de los demás. No puede ser que estén tan afectados que no puedan pararse un momento a hablar contigo, a explicarte qué sucede. Empiezas a gritar y a preguntarle a todo el que pasa por tu lado. Coges por el brazo a uno que carga un televisor y lo traes hacía ti con fuerza. Intentas explicarle que has estado en coma los últimos nueve años, que no tienes ni idea de lo que está sucediendo... Pero antes de que puedas continuar, él deja caer el televisor y te empuja con con violencia contra una pared. El golpe te aturde. Antes de que pierdas por completo el conocimiento, ves como una multitud de gente se agolpa sobre ti...

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