Le dices que lo que están haciendo es terrible, que qué ha pasado con ella, que no puedes creer lo mucho que ha cambiado, que no vas a dejar que las cosas sigan así.  Ella intenta hacerte recapacitar, pero al ver que no lo consigue, se resigna y te dice que lo siente. Levanta su mirada a lo que parace ser una cámara de seguridad y hace un gesto negativo. Vuelve a decirte que lo siente y abandona la habitación. 30 segundos después aparecen unos guardias de seguridad que te inmovilizan y te sacan de ahí. Te llevan a una celda, la paliza resulta tan brutal que tus órganos vitales estallan, produciendo así un desangramiento interno que te provoca una muerte tan lenta como dolorosa.

 

(A este también le sigue el final malo, el de J. English)