Finalmente te quitan la venda. A tus ojos les cuesta un poco acostumbrarse a la luz. Frente a ti está sentado un hombre grande, imponente. Tiene aspecto cansado, pero sonríe amablemente. Estrecha tu mano y dice: “Bienvenido a la resistencia”.  Ordena que te desconecten el conector y te conduce a la habitación contigua. Ahí, te da un vaso de agua y empieza a hablar.


“Cuando nos enteramos de que se había calculado que el fin del mundo llegaría en el 2021, nuestros científicos comenzaron a hacer unos cálculos alternativos. Descubrimos que, efectivamente, la órbita terrestre estaba cambiando, sin embargo, las consecuencias no serían tan trágicas y definitivas como ellos aseguraban. Conseguimos infiltrarnos en sus altos cargos y así descubrimos su verdadero plan. Querían aprovechar la credulidad de la gente para controlarlos. A través de los medios de comunicación comenzaron a difundir información que generara miedo, desconfianza y desesperación en la sociedad. En momentos de caos, cuando nadie parece dar una solución, nos convertimos en borregos y seguimos a cualquiera que se levante como pastor, a cualquiera que nos de algo para aferrarnos y darle sentido a la existencia. Ese alguien fue Kyos. Llevaron a la sociedad al borde de la locura y después se presentaron como el único mesías posible. Empezaron a guiar a la población, a imponerse. No descansarán hasta que el mundo se convierta en su personal campo de concentración, al cual entraremos por voluntad propia.

 

 

Hubo algunos que nos revelamos. Nos dimos cuenta de la verdad. Pero no tardaron en apagar cualquier voz que se levantara en su contra. Nosotros somos lo poco que queda. Somos la resistencia“.

 

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